Bueno, hace años que preparo mi proyecto literario, y sin duda mis grandes inspiraciones fueron los relatos de Robert E. Howard, la estética de varios personajes y ambientes: Frazetta y Poledouris acompañándome en cada momento con la música maestra.
Todo trata de un mundo mitológico y antediluviano del continente sudamericano, un lugar muy mágico y lleno de leyendas y guerreros extraordinarios. Aquí transcurren muchas historias, la primera es "Los Caminos de Migdélum", y este es un resumen:
* la historia es muy extensa y la edité un montón; espero que les agrade y disfrute!!
I
El Reino de Migdélum
Hace mucho tiempo... en aquella edad cuando la humanidad joven, la segunda tras el primer gran diluvio, gestaba las primeras civilizaciones ya olvidadas; había un magnifico reino en el fértil continente del sur. El reino era Migdélum, y su palacio principal descendió de una de las estrellas trillizas; se llamó Tirdélum tanto el palacio como el valle donde se ubicó. Los Kulfiche -pues antes del gran diluvio provocado por Cai-Cai vilu, no llevaban por nombre Mapuche.-, consideraron a los Migdelinos como hermanos y no combatieron con ellos, y compartieron parte de su tierra...
Empero, un germen maligno se agitó en las profundidades gélidas de los infinitos y tenebrosos abismos: Sephok, señor de las serpientes terribles y la escarcha mortífera de los primeros inviernos del mundo. Recobró forma física, oculto el demonio en disfraz de viejo, se mezcló entre los sabios y con la hechicería propia los corrompió, transformándolos en Nigromantes de oscuro corazón; odiaron al reino maravilloso de Migdélum y a sus sabios reyes. Hicieron en las cavernas de la fütann Mawida, convirtiéndola
en la Montaña de la Serpiente Escarcha; de allí maquinaron, prepararon y lanzaron males sobre el reino de Migdélum.
Era Hemellsa la mujer celestial que haba descendido al mundo para servir al genio Oogza, y custodiar el valle sagrado. En la tierra se le conoció como Éter. Observó como la oscuridad crecía, las cosechas morían, el hambre reinaba y los hombres eran vencidos por la inmoralidad. Éter se dirigió a Oogza, señor de las promesas y mensajero de Ihé (El creador), y dijo:¨Señor de los destinos, Oogza, el paciente; escuchadme. Migdélum ha caído en desgracia, pues Sephok el demonio, hermano de Ahriman, ahora domina allí. Socorred a los Migdelinos y a los Kulfiche... ¨, Oogza se compadeció, pues esa gente era buena; habló entonces con todas sus voces que son el viento, la explosión del volcán y el murmullo del agua: ¨Serán los Monjes Guerreros de la Isla Darv, despojo de Mu la condenada, quienes intervendrán por mi, y recibiran mi bendición. Cruzaran el mar hasta Migdélum y combatirán a los Demonios¨.
Los días en Isla Darv eran maravillosos, y en el templo sus monjes guerreros entrenaban el cuerpo y el alma. Oogza se les presentó y eligió de entre ellos a cinco, tres hombres y dos mujeres; Balkut fue su líder y los cinco fueron Eddár (Héroes elegidos). Viajaron hasta el gran reino y se presentaron ante sus reyes, quienes los acogieron. Siguieron los caminos de Migdélum hasta llegar a la montaña de Sephok del otro lado de la naciente cordillera. Enfrentaron a los Nigromantes y a Sephok señor de las serpientes terribles en persona; la gracias de Oogza y sus hermanos los superiores se encarnaron en los cuerpos de los Eddár permitiéndoles la victoria. Sephok fue prisionero en el fondo de la gran montaña y adormecido eternamente como castigo por sus actos. Ahriman, su hermano juró vengarse, aunque pasaría mucho tiempo para esto...
Los Eddár habían jurado protección para Migdélum a cambio de sabiduría. Pero cuando la paz volvió al reino quisieron viajar a su tierra, dijeron a Oogza que volverían; Balkut por su parte, enamorado de Éter se quedó en Migdélum, en el Valle sagrado. Pero sus compañeros jamás regresaron y rompieron su promesa, Oogza se enfureció y escribió en el destino que de los Eddár, que cuando Migdélum necesitara ayuda sus desentiendes deberían tomar sus puestos y cumplir con la promesa. Pasaron muchos años, varias generaciones hasta que llegó aquel momento.
En el último gran trozo de tierra, en los confines del mundo, una nación belicosa conquistaba territorios, era Cimbardia la protegida de Ahriman quien se abría paso hacia el norte, y en su camino caían reinos y pueblos. El reino de Migdélum combatió con todo lo que tenia, pero no pudo y fue conquistado. Entonces fue el gran momento y el decreto de Oogza fue ley sagrada. En Isla Darv caminaban sin preocupaciones, sin saber de peligros, los descendientes de los Eddár. Tomados sin previo aviso por Oogza, se les transportó hasta su palacio sideral e informados de su nueva obligación fueron devueltos a su hogar; Los monjes Darv comprendieron y enviaron a los nuevos Eddár hasta Migdélum... aunque, bueno, éstos solo eran... muchachos jóvenes de no más de diecinueve primaveras...
-Continúa-
Luego comienza el relato del viaje de los jóvenes Eddár: Kordrig, Toelian, Elín, Jamrice y Edulehr; acompañados de la adolescente princesa Eddárah de Migdélum como guía en su emocionante aventura...
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Subject: Howard, Frazetta y Poledouris; Inspiraciones para mi libro. 
